En España contamos con una vasta oferta de productos agrícolas y alimenticios que destacan por su gran calidad. Por ello, para proteger su reputación y procedencia existen unos regímenes de calidad para evitar posibles usurpaciones y/o imitaciones.
¿Y cómo se conocen dichos regímenes de calidad? Pues por el momento podemos hablarte de los tres más conocidos: la Denominación de Origen Protegida (DOP), Indicación Geográfica Protegida (IGP) y Especialidad Tradicional Garantizada (ETG). Es muy posible que estas etiquetas te resulten familiares, especialmente si consumes jamón.
Pero lo realmente importante aquí es si sabes realmente qué significa cada una de ellas y qué es lo que defiende y reconoce sobre el jamón.
Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, estos sellos se recogen en el Reglamento (CE) 1151/2012 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 21 de noviembre de 2012.
1. ¿Qué es la DOP (Denominación de Origen Protegida)?
No es para nada extraño que hayas oído hablar de la D.O.P, especialmente si estás familiarizado con el mundo del jamón y los embutidos ibéricos, los más conocidos son: D.O.P. Guijuelo, D.O.P. Los Pedroches, D.O.P. Dehesa de Extremadura o D.O.P. Jabugo.
Pero, ¿qué indica este sello? Muy fácil, aquellos jamones y embutidos con el sello D.O.P son aquellos que reúnen diversas características a saber:
- Su procedencia debe ser de un lugar determinado, una región o, excepcionalmente, un país.
- Su calidad o características se deben fundamental o exclusivamente a un medio geográfico particular, con los factores naturales y humanos inherentes a él.
- Sus fases de producción tienen lugar en su totalidad en la zona geográfica definida.
2. ¿Qué es la IGP (Indicación Geográfica Protegida)?
Por otro lado, contamos con la Indicación Geográfica Protegida o IGP, en este caso es menos conocida que la anterior, pero asimismo con una gran importancia sobre los productos que la llevan.
Este sello indica y reconoce la historia y calidad de los productos agroalimentarios que cuentan con él. Acorde al Reglamento (CE) 1151/2012 del Parlamento Europeo y del Consejo, este sello identifica un producto:
- Cuyo origen procede de un lugar determinado, una región o un país.
- Posee una cualidad determinada, una reputación u otra característica que pueda esencialmente atribuirse a su origen geográfico.
- Sus fases de producción, o al menos una de ellas, tiene lugar en la zona geográficamente definida.
Hay que remarcar el hecho de que cualquiera de los dos sellos que hemos comentado hasta ahora hacen referencia a la historia llena de tradición que hay detrás del producto. Además se respeta el origen, los métodos tradicionales y la garantía de calidad al adquirir dicho producto. Es la máxima garantía de que vas a disfrutar de un manjar genuino y de la mejor calidad.
Por todo esto, no debemos menospreciar este tipo de sellos, dado que no son una mera y simple etiqueta más. Estos sellos son necesarios para proteger, cuidar y reconocer los valores que acompañan a una serie de productos agroalimentarios cuya calidad está diferenciada y destacada gracias a estos sellos como son la DOP y la IGP,
3. ¿Qué es la ETG (Especialidad Tradicional Garantizada)?
En este caso, estamos frente a un sello que destaca y pretende proteger los métodos de producción, del mismo modo que las recetas tradicionales. Todo ello se consigue gracias a la ETG o Especialidad Tradicional Garantizada.
Si nos ceñimos a lo estipulado por el reglamento comentado anteriormente, se podrán considerar como ETG aquellos productos o alimentos específicos que:
- Sean resultado de un método de producción, transformación o composición que corresponda a la práctica tradicional aplicable a ese producto o alimento.
- Dicho producto se ha elaborado a partir de materias primas o ingredientes que son utilizados tradicionalmente.
¿Cuáles son los requisitos para poder admitir un producto como ETG?:
- Haberse utilizado tradicionalmente para referirse al producto específico, o
- Identificar el carácter tradicional o específico del producto.
En conclusión, estos sellos aportan a los productos elaborados de forma artesanal y tradicional un aval que preserva su carácter de calidad y procedencia respecto al resto de alimentos de la competencia. Es vital contar con este tipo de indicadores que permitan diferenciar y garantizar que nuestros jamones ibéricos y embutidos son productos excelentes.